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lunes, 27 de junio de 2011

La Declaración de Jerusalén



Nosotros, los participantes en la Conferencia Global del Futuro Anglicano
(GAFCON – Global Anglican Future Conference), reunidos en la tierra que vio
nacer a Jesús, expresamos nuestra lealtad como discípulos del Rey de
Reyes, nuestros señor Jesús. Con gozo asumimos su mandato de proclamar
la realidad de su reino, el que fue anunciado por primera vez en esta tierra. El
evangelio del reino es el mensaje de las buenas nuevas de salvación,
liberación y transformación disponible para todos. A la luz de lo anterior,
acordamos trazar juntos un camino hacia delante que promueve y protege el
evangelio bíblico y la misión al mundo. Solemnemente afirmamos las
siguientes declaraciones de ortodoxia que reflejan nuestra identidad
Anglicana.
1. Nos regocijamos en el evangelio de Dios a través del cual hemos sido
salvados por gracia, por medio de la fe en Jesucristo, por el poder del
Espíritu Santo derramado sobre nosotros. Puesto que él nos amó
primero, nosotros le amamos y como creyentes queremos demostrar
frutos de amor, continuo arrepentimiento, esperanza viva y acción de
gracias a Dios en todas las cosas.
2. Creemos en las Santas Escrituras : Antiguo y Nuevo Testamento,
como la Palabra de Dios escrita y que contiene todo lo necesario para
la salvación. La Biblia debe ser traducida, leída, predicada, enseñada y
obedecida según su mensaje evidente y canónico, conscientes de la
lectura histórica y consensual de la iglesia.
3. Reconocemos los cuatro Concilios Ecuménicos y los tres Credos
históricos como expresión de la regla de fe de la iglesia que es una,
santa, católica y apostólica.
4. Reconocemos los Treinta y Nueve Artículos contienen la verdadera
doctrina de la iglesia conforme a la Palabra de Dios que es autoritativa
para los Anglicanos hoy día.
5. Con alegría proclamamos el Señorío único y universal de Cristo,
Verbo e Hijo de Dios, único salvador de la humanidad del pecado, el
juicio y el infierno; quien vivió la vida que nosotros no podemos vivir y
murió la muerte que nosotros merecemos. Por medio de su muerte
expiatoria y gloriosa resurrección, aseguró la redención de todo quien
viene a él en fe y nuevo nacimiento.
6. Nos regocijamos en nuestra herencia Anglicana litúrgica y sacramental
que es una expresión del evangelio y reconocemos el Libro de Oración
Común de 1662 como el estándar verdadero y autoritativo para la
adoración y la oración, que debe ser traducido y adaptado localmente
para cada cultura,
7. Reconocemos que Dios ha llamado y dotado a obispos, presbíteros y
diáconos en sucesión histórica para capacitar a todo el pueblo de Dios
para su ministerio en el mundo. Reconocemos el Ordinal Anglicano
como estándar autoritativo para las órdenes clericales.
8. Reconocemos que Dios ha creado al ser humano como hombre y
mujer y el inmutable estándar del matrimonio cristiano entre un hombre
y una mujer como el lugar apropiado para la intimidad sexual y la base
de la familia. Nos arrepentimos de nuestro fracaso al no mantener este
estándar y llamamos a renovado compromiso de fidelidad vitalicia en
el matrimonio y abstinencia para aquellos que no están casados.
9. Aceptamos con alegría la Gran Comisión de nuestro Señor Resucitado
de hacer discípulos en todas las naciones, de buscar a aquellos que
no conocen a Cristo y bautizar y edificar a los creyentes.
10. Estamos conscientes de nuestra responsabilidad de ser buenos
administradores de la creación de Dios, de afirmar y abogar por la
justicia en la sociedad, y de buscar aliviar y empoderar al pobre y al
necesitado.
11. Estamos comprometidos con la unidad de todos aquellos que conocen
y aman a Cristo y construir auténticas relaciones ecuménicas.
Reconocemos las órdenes y jurisdicción de todos los Anglicanos que
sostienen la fe y práctica ortodoxa, y los animamos a unírsenos en
esta declaración.
12. Celebramos la diversidad entre nosotros, dada por Dios, que
enriquece nuestra comunión global, y reconocemos libertad en
aquellos tema de práctica y adoración en los que la Biblia no se
pronuncia. Nos comprometemos a trabajar juntos para buscar lo que
agrada a Cristo en aquellos temas que nos separan.
13. Rechazamos la autoridad de aquellas iglesias y líderes que han
negado la fe ortodoxa, ya sea en palabra como en hecho. Oramos por
ellos y los llamamos a arrepentirse y volverse al Señor.
14. Nos regocijamos en la esperanza del retorno de Jesús en gloria, y
mientras esperamos este evento final de la historia, le alabamos por la
manera en que edifica su iglesia a través de su Espíritu, cambiando
vidas milagrosamente.
Jerusalén
Fiesta de San Pedro y San Pablo
29 de Junio, 2008

miércoles, 22 de junio de 2011

¿Cuál es la diferencia entre el anglicanismo y el catolicismo romano?


En cierto modo, no hay diferencias entre las dos iglesias. Ambas son iglesias cristianas, que tienen el mismo origen que las iglesias Ortodoxas Orientales. Como tal, los anglicanos y los católicos romanos leen la Biblia con los dos testamentos pero también usan los Libros Apócrifos, los cuales son libros de la Biblia hebrea escritos en griego. Las dos iglesias recitan el Credo Niceno y el Credo de los Apóstoles. Ambas administran el Bautismo y la Confirmación y celebran la Santa Comunión, y también los otros ritos sacramentales: la Penitencia, el Matrimonio, la Unción de los Enfermos, y las Ordenes Sagradas. Sus clérigos son ordenados diáconos primero y luego presbíteros o sacerdotes, a no ser que sean llamados a ser diáconos perpetuos. Los obispos son seleccionados y consagrados por no menos de tres obispos que han conservado cuidadosamente la linea apostólica que se remonta a las iglesias primitivas.
Existen lugares santos dedicados a María la Madre de Dios en las dos iglesias y algunos anglicanos rezan el rosario. Ambas igiesias usan el calendario de los santos, con oraciones especiales y lecturas para los dias en que se celebran las fiestas. Las dos iglesias tienen órdenes religiosas para hombres y mujeres, que hacen votos de castidad y viven en monasterios o conventos.
Al visitar una parroquia anglicana (las dos iglesias usan la misma palabra para referirse a una congregación) y luego una católica romana observará muchas similitudes. Especialmente en los Estados Unidos, las liturgias son casi idénticas, al igual que las vestimentas que usan los clérigos y los ministros laicos que asisten en la liturgia.
La mayoría de las diferencias radican en los detalles. Estas diferencias provienen de una idea central: ¿quién tiene la autoridad? A traves de los siglos, la Iglesia Católica Romana ha continuado aumentando el poder y el prestigio del Papa, el Obispo de Roma. En nuestro tiempo, la combinación de un Papa tan extraordinario como Juan Pablo II, con los medios de difusión pública a su alcance y la globalización, han elevado al papado a su más alto nivel. El pontifice actual ha viajado más que cualquiera de sus predecesores. Pero cuando visita un país es para hablar y no para escuchar. Sus obispos alrededor del mundo actuan más bien como prefectos que como supervisores de la comunidad cristiana regional. El dicho tan famoso de San Agustín, Roma locuta causa finita est (Roma ha hablado y el asunto se acabó) es más verdad hoy que nunca.
A pesar que el Vaticano II ha tratado de formar sínodos locales a nivel diocesano y nacional, todavía solo sirven en capacidad de consejeros. Tampoco hay otra organización que tenga autoridad sobre el Papa. Por ejemplo, cuando el Papa Pablo VI publicó la encíclica Humanae Vitae prohibiendo el control de la natalidad, ignoró las recomendaciones de la comisión que habla nombrado para aconsejarle. El Vicario de Cristo tiene el control de todo. La autoridad desciende de él a sus ayudantes y seguidores.
Las iglesias de la Comunión Anglicana han decidido dispersar esa autoridad absoluta entre varios lugares. Un famoso reporte sobre la autoridad en el anglicanismo abordé el tema del concepto anglicano de la autoridad, la cual fluye de afuera liada al centro. Cada Iglesia Anglicana pertenece a la Comunión Anglicana porque está en comunión con el Arzobispo de Cantórbery y busca apoyar la fe católica y el orden reformado que heredó de la Iglesia de Inglaterra. Pero cada una es independiente. El Arzobispo no tiene autoridad legal fuera de la Diócesis de Cantórbery. El sirve como gula espiritual y símbolo de la unidad.
Los laicos tienen verdadero poder en todos los niveles de las iglesias anglicanas (aunque con diferencias locales). Los anglicanos esperan que sus sínodos diocesanos y nacionales de obispos, clérigos y laicos interpreten asuntos de fe y orden. Al contrario de la Iglesia de Roma, con su modo claro y admirable de tomar decisiones, las iglesias anglicanas son un poco desordenadas y a menudo discrepan entre sí. Por ejemplo, algunas iglesias ordenan mujeres a las tres órdenes del ministerio. Muchas no las ordenan y la Iglesia de Inglaterra ordena mujeres al diaconado y al presbiterado pero no al episcopado hasta la fecha en que se escribe este articulo. Habían mujeres obispos presentes en la Conferencia de Lambeth del 1998, que es la reunión global de obispos anglicanos que se celebra cada díez años. Pero como las decisiones de Lambeth no tienen autoridad sino que son tan solo recomendaciones, su presencia no produjó la más mínima interrupción.
Este desorden quiere decir que oficialmente los anglicanos tienen más libertad de acción que los católicos romanos como individuos y en sus diócesis e iglesias nacionales. En general, se espera que los laicos usen los recursos de la iglesia, especialmente la adoración regular en común, en el desarrollo de un carácter cristiana y la habilidad de razonar moralmente. Las diferentes manifestaciones que se encuentran en el cristianismo tienen practicantes entre los anglicanos. Así es que algunos anglicanos usan liturgias elaboradas basadas en las prácticas de la adoración inglesa en la Edad Media. Otras enfatizan la predicación evangélica y una adoración relativamente simple. Y aun otras muestran una tendencia al movimiento pentecostal o la iconografia de las iglesias orientales. Algunos anglicanos son místicos; otros están sumamente interesados en la justicia social. Además, cada iglesia nacional adapta la fe y el orden a su propia cultura.
Como los católicos romanos basan su pertenecer a la iglesia a la persona y la autoridad del Papa, casi nunca permiten la intercomunión. Por lo tanto, no reconocen la validez de las Ordenes Anglicanas y por consiguiente re-confirman y re-ordenan a los anglicanos convertidos al catolicismo. Los anglicanos tienden a practicar la comunión abierta y no re-confirman ni re-ordenan a católicos romanos convertidos al anglicanismo porque reconocen las órdenes romanas como válidas. Para los católicos romanos, la diferencia radica es estar en comunión con el Papa, y para los anglicanos es unirse a la fe católica tal como ha sido heredada de los primeros cristianos. Una de las caracteristicas permanentes del anglicanismo ha sido el buscar restaurar la fe y el orden de la iglesia primitiva. Este es el principio fundamental de la reforma, mientras que la contra-reforma de Roma era restaurar y aumentar el concepto medieval de la autoridad papal.
En uno de los documentos más recientes de la Consulta Internacional entre Anglicanos y Católicos Romanos (que es el cuerpo ecuménico que se dedica a fomentar el acercamiento entre las dos iglesias) titulado El Don de la Autoridad se les pide a los anglicanos que consideren el papel del Obispo de Roma en la vida de sus iglesias, mientras que a los católicos romanos se les pide que comiencen a considerar la relación de los sínodos que se formaron en el Concilio del Vaticano II. Quizás ésto también enfatice las diferencias entre estas dos iglesias, ambas son ramas de la iglesia primitiva, tan cercanas la una de la otra, pero al mismo tiempo tan lejanas. 

Bishop Pierre Whalon resume la situación
de la perspectiva de un obispo dentro de la iglesia episcopal en los E.E.U.U.
Traducido del inglés por Adela Gomez